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viernes, 3 de febrero de 2012

Pasos que se mueven con fe y tradición Primera parte



POR: Miguel Rentería.

Movidos por la fe, miles de habitantes de casi todo el estado de Nayarit y parte del sur de Sinaloa, recorren a pie un trayecto de 18 kilómetros, desde Acaponeta a Huajicori, solo para visitar y pagar una manda a Nuestra Señora de los Remedios o Virgen de la Candelaria, imagen de casi 50 centímetros de altura que, al igual que las demás iconografías marianas, está elaborada con una maravillosa pasta de Michoacán.
El origen de la venerada imagen de Huajicori se remonta al siglo XVII, Virgen que fue donada por Fr. Francisco de Fuentes entre los años de 1623 a 1629 y que, tiempo después, fue colocada en el templo principal de la población de San Sebastián de Huajicori.
Desde entonces, los habitantes de la región del norte de Nayarit y sur de Sinaloa, año con año -principalmente los acaponetenses, quienes en varias ocasiones se han visto afectados por las inundaciones del río y por la bendita misericordia de la Virgen de los Remedios sus desbordes no han sido de consecuencias-, movidos por la fe y la tradición realizan el recorrido que se ha transmitido de generación en generación.
Familias enteras se alistan desde el mes de enero para hacer el recorrido, llevando agua, maicena, preparando las provisiones que deben de saborear durante las 3 o 4 horas de camino.
-Es hora de salir -apura la señora de la casa a los subalternos.
-Pero, mamá -contesta el hijo.
-Recuerda cuando te enfermaste, ¿a quién le pedimos que te aliviara? –Dice la mamá.
-A Nuestra Señora de los Remedios, –responde el hijo.
Y, además, si no vas te perderás de las gorditas de nata y los chicles de palo que tanto te gustan, –advierte el papá al hijo.
A las 4 o 5 de la tarde comienza el recorrido de los feligreses, llegando primero al santuario de Acaponeta para que el párroco de la iglesia les de la bendición y así puedan llegar con bien a su destino.
Everardo Vera va entusiasmado de la mano de su fiel esposa, Victoria Hernández, al lado van sus 4 hijos: David, Juan Carlos, Adela y Ángeles, y enfrente de ellos van brincando de gusto sus nietos: Wilber, Yael y Lenin.
Desde niños, Everardo Vera y doña Victoria Hernández han inculcado a sus hijos la devoción por la Señora de los Remedios y hoy siguen con sus nietos.
“Tengo 28 años y desde que poseo uso de razón empecé a hacer la caminata con mis padres, yo creo que desde cuando estaba niño, como mis hijos”, aseguró David.
Don Everardo Vera comenta que parece ser que este año será su último recorrido que hace a pie, por que sufre de diabetes.
“Tengo cerca de 10 años con la diabetes y cada día me siento más cansado, espero en Dios que mis hijos y nietos sigan frecuentando cada año a nuestra Señora de los Remedios”.

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